Tuesday, April 30, 2013

"La Omnisciencia y Omnipresencia Divina".

Reflexión a la luz del Salmo 139:1-2

“Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos.”

A la luz del Salmo 139, podemos llegar fácilmente a la conclusión de que Dios es omnisciente, o sea que Dios lo sabe todo. El conocimiento divino sobre el hombre se extiende a todas sus más íntimas manifestaciones. Nada se escapa a su admirable percepción: cuando se sienta, cuando se levanta, cuando camina, cuando descansa, se halla siempre bajo la mirada escrutadora de Dios. Sus mismas palabras están ya medidas antes de que tomen expresión articulada. La razón de esta ciencia radica en el hecho de que Dios todo lo penetra con su Ser misterioso.

El salmista, sin mucha profundización, concluye — Dios está en todas partes “por esencia, presencia y potencia” —, sabe que lo llena todo, y particularmente envuelve al hombre en todo su ser corporal y racional.

Esto es un misterio que excede a la humana inteligencia, y el salmista, como el Apóstol de las gentes, declara que es incomprensible.

¿Cómo puedo ver en la escritura la sabiduría de Dios?

No multipliquéis las palabras de orgullo y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca. Porque Jehová es el Dios que todo lo sabe Y a él le toca pesar las acciones. “1 Samuel 2:3″; Porque Jehová da la sabiduría y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia. “Proverbios 2:6″

Debo entender que no hay sabiduría que no venga de Dios. Todo don perfecto viene del Altísimo. Y la sabiduría es su vestidura más hermosa. Tenemos un Dios maravillosamente sabio. Y cuando leemos en la Biblia, de un lado a otro podemos encontrarnos con textos que muestran como los autores bíblicos estaban conscientes de esta realidad. Pero surge en nosotros la pregunta ¿que importancia tiene para mi fe el saber que Dios es sabio, o más bien que todo lo sabe?

Conocer esta gran verdad, coloca mi mente y pensamientos a tono con la grandeza de Dios. En la medida en que reconozco que la sabiduría de Dios es insomdable, me adentro en un área del saber y del conocimniento que escapa a lo cotidiano y soy invitado a una relación más estrecha con la dedidad.

Dios conoce mis caídas y mis levantadas, conoce desde lejos mis pensamientos, sabe las palabras que quiero decir y las tiene antes de que lleguen a mi boca. Todos estos enunciados son tan dificiles de aceptar, sin embargo son tan reales como el sol. Dios desea revelarse y para eso ha dejado su palabra, y en ella las suficientes evidencias de esa revelación.

Cuando mis luchas y problemas tocan a la puerta, saber que tengo un Dios que sabe esto me da esperanza. Cuando estoy sin empleo, cuando la trajdia toca a la puerta, cuando mis emociones estás destrozadas, cuando no soy capaz de levantarme desde el suelo, allí está Dios a mi lado, como siempre, pues desde el vientre de nuestra madre el estaba allí observado como cada célula de nuestro cuerpo nos formaba a su imagen.

Levantate en este día con la seguridad de que Dios te conoce, y sabe no sólo lo bueno y lo malo de tí, también sabe lo que tu necesitas para ser feliz.

Dios te bendiga

Ceneidy Gonzalez

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